En un mundo en donde la separación de los matrimonios está a la orden del día, es difícil creer que todavía existan personas que ni siquiera el paso del tiempo o la adversidad, pudieron separarlas y sirven de ejemplo para los matrimonios jóvenes, estas personas solamente tienen un secreto que los ha mantenido unidos “el Amor”.

Si bien es cierto que con el paso del tiempo el Amor deja de ser la euforia del primer momento, también es cierto que son precisamente estos momentos de crecimiento lo que hace más sólida la relación. A veces Dios te pone pruebas que solo el verdadero Amor puede superar.

«Cuando la sanación no llega y los sufrimientos se prolongan, estamos como abatidos, aislados y entonces nuestra existencia se deprime y se deshumaniza». Es así como la Palabra de Dios nos enseña que existe una actitud decisiva y de fondo con la cual afrontar la enfermedad por medio de la fe, Pero ¿fe en qué cosa? En el amor de Dios. He aquí la verdadera respuesta que supera todos los males. Como Jesús, que ha afrontado al Maligno con la fuerza del amor que le ha concedido el Padre, así podemos afrontar y vencer las pruebas de la enfermedad y la tristeza teniendo nuestro corazón inmerso en el amor de Dios.

Además, Jesús lo repite siempre a las personas que alivia: Tu fe te ha salvado. Incluso ante la muerte, la fe hace posible aquello que humanamente no lo es, recordando sus palabras «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos», en relación también a los pecadores,  la enfermedad es una condición humana, «en la que experimentamos que no somos autosuficientes, sino que tenemos necesidad de los demás»… es entonces de donde nacen las fuerzas del apoyo del uno por el otro, no buscando la perfección, sino el complemento que hace grande al amor.

Hay personas que le llaman su alma gemela, otras su otra parte, lo realmente importante es que son el uno para el otro. No es que estas personas sean perfectos esposos o perfectas esposas, es que día a día tratan de ser la mejor persona para su pareja.

No es una pérdida de tiempo intentarlo, cuando la persona por la que luchas vale la pena y además está luchando contigo para que todo funcione.

Lo que une a los matrimonios no son lo hijos como muchos creen, porque si esto fuera cierto todos los matrimonios se realizarían después del primer o segundo hijo.

Lo que une a los matrimonios es la convicción de querer pasar el resto de tu vida a su lado, los hijos como llegaron y causaron una gran felicidad al llegar, también se irán porque también ellos harán su propia familia, y solo quedara esa maravillosa persona que se eligió para que te acompañara en tu gran viaje que es la vida.

Por eso toda relación que quiere prosperar y mantenerse intacta en el tiempo, debe aprender a reconocer que no todo siempre será perfecto, que las adversidades estarán en cualquier momento y que El “ te amo ” más sincero no fue dicho con palabras, sino en silencio y en una cruz, ese es el verdadero y más grande gesto de amor, simplemente la fórmula es ser fiel aprendiendo a vivir con armonía en las buenas y en las no tan buenas, solo Ella+Dios+El.