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Dejar a Dios ser Dios

17 Mar Posted by in Uncategorized | Comentarios desactivados en Dejar a Dios ser Dios
Dejar a Dios ser Dios
 

Muchas veces, nos cuesta entender cuál es la voluntad de Dios en nuestras vidas y nos sentimos agobiados, esperando una respuesta para entonces poder asumir una decisión. Es claro que el Señor siempre quiere y busca lo mejor para nosotros, por eso  en ocasiones Él no nos complace con lo que queremos, sino con lo que realmente necesitamos en el momento.

Dios se dirigió a Jeremías: Levántate y baja a la alfarería, que allí mismo te haré oír mis palabras. Bajó a la alfarería, y resulta que el alfarero estaba haciendo un trabajo al torno. El cacharro que estaba haciendo se estropeó como barro en manos del alfarero, y éste volvió a empezar, transformándolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareció al alfarero. Entonces, el Señor le dijo: ¿No puedo hacer yo con ustedes, casa de Israel, lo mismo que este alfarero? -oráculo de Yahvé-. Lo mismo que el barro en la mano del alfarero, así son ustedes en mi mano, casa de Israel.” Jeremías 18, 1-6

Así también nos dice Dios: “Mantente firme en el consejo de tu corazón, que nadie te será más fiel que él. Pues el corazón del hombre puede a veces advertir más que siete centinelas sentados en su torre de vigilancia. Pero por encima de todo suplica al Altísimo, para que dirija tus pasos en la verdad.” Eclesiástico 37, 13-15

O por ejemplo, como en este párrafo “¡Qué hermosas son todas las obras del Señor!, todas sus órdenes se cumplen a su tiempo.    No hay por qué decir: ¿Qué es esto? Y esto ¿para qué sirve? Todo se indagará a su tiempo. A su palabra el agua se detuvo como una masa, a su voz se formaron los depósitos de las aguas. A una orden suya se cumple todo cuanto desea, y nadie puede impedir su salvación. Todas las acciones de los hombres están ante él, y nada puede ocultarse a sus ojos. Su mirada abarca toda la eternidad,   y nada le causa admiración. No hay por qué decir: ¿Qué es esto? Y esto ¿para qué sirve?, pues todo ha sido creado con un fin. Para los fieles son llanos sus caminos, para los malvados son piedras de tropiezo. «Las obras del Señor son todas buenas, y él provee oportunamente a cualquier necesidad. No hay por qué decir: Esto es peor que aquello, porque todo será reconocido en su momento. Y ahora con todo el corazón y a plena voz cantad himnos, y bendecid el nombre del Señor.»”

Eclesiástico 39, 16-21. 24. 33-35

A veces, solo basta con escuchar la voz del Señor y dejarlo actuar libremente en nuestras vidas, que este tiempo de cuaresma nos sirva,  para perdonar y ser perdonados, comprender la voluntad de Dios y dejarnos amar por Él.